Ayudas para el Espíritu.
Mientras no pueda una persona nombrar correctamente
lo que en ella ocurre, le es difícil saber cómo
portarse frente a algunos fenómenos o estados. Todo
acompañante espiritual ignaciano vela para que la persona
que él escucha llegue a reconocer dónde está el
origen de lo que vive. Ahora bien, hoy en día, muchos
son los que llaman “depresión” a un cansancio, agotamiento
o surmenage. Igualmente, vemos a otros que
nombran “desolación espiritual” la simple desilusión
en relación a una vida espiritual idealizada o, a veces,
una verdadera depresión. Semejantes confusiones no
dejan de tener consecuencias; pero se explican por el
hecho que la vida espiritual cristiana, aún teniendo su
realidad propia, se expresa mediante las operaciones de
las facultades de la psiquis.
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